El bloqueador solar se ha convertido en uno de los principales productos para protegerse de la fuerte radiación ultravioleta que vive nuestro país en esta época del año.
El objetivo es “bloquear” los rayos UVB y UVA, y proteger la piel de quemaduras y algunos tipos de cáncer de piel. En la actualidad, su uso se ha personalizado según el color o tipo de piel; sin embargo, sea la marca o forma que se adquiera, su uso debe ser permanente para todos, así lo informa la Sociedad Peruana de Dermatología.
En ese sentido, es importante el uso correcto del bloqueador para prevenir enfermedades, es por eso que en esta ocasión te mencionaremos los errores más comunes suele cometer gente a la hora de aplicárselo:
-Usar bloqueador solo cuando se va a la playa
La radiación UVB y UVA están presentes en todos los espacios abiertos como calles, parques, oficinas, transporte público y otros. Generalmente se espera a ir a la playa o piscina para hacer uso del bloqueador, pero olvidamos que la radiación atraviesa ventanas, espejos y sombrillas.
-Reusar el bloqueador de veranos pasados
Se ha hecho costumbre guardar los frascos de veranos pasados, sin embargo, olvidamos que el factor de protección se va perdiendo con el paso de los meses. Lo recomendable es evitarlos porque no estarían bloqueando correctamente la radiación sobre la piel.
-Aplicar la cantidad incorrecta
Generalmente nos aseguramos de obtener el mejor bloqueador, pero olvidamos aplicar la cantidad correcta. Se recomienda emplear una cucharada de bloqueador por cada extremidad, cabeza o tronco. Para el caso del bloqueador en spray, se recomienda su empleo continúo con masajes para cubrir completamente la piel.
-Restar importancia a áreas del cuerpo
Algunas áreas olvidadas al aplicar el bloqueador es la planta del pie, las orejas, cuero cabelludo, axilas, párpados y la parte posterior del cuello. Atención a estos detalles.
-Solo aplicarlo en la mañana
Son muchas las personas que solo se aplican bloqueador antes de ir a trabajar o estudiar, y olvidan su uso durante el día. De acuerdo con especialistas de la piel, lo ideal es aplicarlo cada cuatro horas, según el tipo de actividad o tiempo de exposición al sol.