
Es necesario que recordemos con respeto los nombres de Sergio “Gordo” Barreda, Fernando Awapara, Óscar Malpartida, Fernando Ortiz De Zevallos, Juan José Miró Quesada, Salvador “Tato” Gubbins y su amigo de toda la vida, Herbert Fiedler. Todos ellos lograron ser campeones nacionales en la década setenta y “Tato” Gubbins se adjudicó tres títulos.
La excelente disciplina de estos personajes, su incomparable amor al deporte y la absoluta confianza que tenían al enfrentarse al oleaje más despiadado, fue seguida por otros tablistas que, en el agua, se hicieron tan famosos como ellos. Estamos hablando de “Geneke” Rey De Castro, Herbert Mulanovich, Miguel “Mico” Tudela, Alfonso “Fonchi” Pardo, el inolvidable Ricardo “Cholo” Bouroncle y Raúl “Patero” Calle, otro de los dioses de la tabla nacional en los setenta. En la revista Surfing de noviembre 1979 publicaron un reportaje del Perú con texto y fotos de Tony Arruza, que contenía una fotografía espectacular de Jaime “Chibolo” Bryce en Pico Alto, del grupo de los habituales en esa ola, y en otra página, la imagen de Raúl Henrici en Punta Rocas. Adjunto, se incluyó el reporte de una competencia hecha en Punta Rocas, contra un joven equipo de 14 hombres y tres mujeres de la National Scholastic Surfing Association (NSSA) de los Estados Unidos.

Desde el año 1972, Ricardo Bouroncle y Fernando Ortiz De Zevallos, fueron los responsables de la invasión de los wetsuits BOZ en nuestras costas, gracias a los cuales nuestros tablistas pudieron disfrutar de sesiones más largas durante los gélidos inviernos. También se asomaba ya la figura de Brad Waller, quien había de convertirse en el tablista más innovador, ya que a fines de los setenta, y después, a lo largo de los ochenta, revolucionó la forma de correr olas utilizando una quilla hueca. Brad hacía muchas de las maniobras que identifican al tablista moderno.
