Surfear en Escocia no es fácil: la naturaleza es durísima. Las olas solo son decentes durante el invierno, e incluso entonces únicamente se puede surfear durante las escasas horas de sol que hay cada día. Quien visite los mejores rincones de Escocia para hacer surf deberá soportar el frío extremo del agua, la nieve y los vientos gélidos, además de esquivar los bloques de hielo que bajan de las desembocaduras de los ríos cercanos.