Hace tres años este descomunal ejemplar cayó en manos de un grupo de pescadores de Tumbes que la exhibieron como un prodigio. Medía 12 metros y debe haber sido la mantarraya más grande jamás vista al menos en nuestro país. Estos animales carecen de aguijón como sus primas más pequeñas y solo se alimentan filtrando plantón. Son totalmente inofensivas. Y a la vez indefensas ante la maquinaria depredadora del hombre moderno.
Hasta hace poco nadie invertía ningún esfuerzo en estudiarlas ni en difundir sus características, hasta que apareció Kerstin forsberg, una bióloga limeña que viene estudiando a estos parientes lejanos del tiburón desde el año 2011. Su área de trabajo es la zona norte del país.
Kerstin forsberg
En Zorritos, balneario y caleta de pescadores de Tumbes, Kerstin ha logrado concientizar a un grupo de pescadores a través de su ONG llamada Planeta Océano. Ellos antes lo ignoraban todo acerca de estos animales, incluso mataron algunos. Pero hoy todo eso quedo en el pasado.
Gracias a la iniciativa de Planeta Océano, estos pescadores planean dedicarse al turismo de avistamiento de mantarrayas. Si todo va bien, en poco tiempo cualquier peruano o extranjero podrá entrar a alta mar con ellos y nadar junto a estos animales tan antiguos como los primeros dinosaurios y que en ocasiones saltan fuera del agua de manera imponente.
Además, Forsberg ha sido reconocida con premios de concervación a nivel internacional. Ha participado en imprtantes documentales que cuentan su historia y ejemplar labor.